A Sergi Albert se le intuye muy tímido y se le observa distante, sobre todo cuando acabas de conocerle. Pero cuando formas parte de su grupo de amistades, que son pocas, las conserva para toda la vida. En lo profesional es muy exigente, le encantan la concentración y el trabajo bien hecho y, sobre todo, el respeto, la tolerancia, la empatía y la generosidad encima de un escenario (doy buena fe de ello). Valiente siempre, piensa que los miedos no le dejan avanzar y siempre tuvo claro que se subía a un tren en marcha que le iba a exigir mucho cuando se incorporó al musical de ‘El Médico’, pero tenía unas ilusión tremenda. Hace años le dijo “no” a participar en el musical ‘Los Miserables’ y aún le quema esa espinita clavada, esa fascinación por haber estado en un musical sinfónico épico, clásico. Al aceptar el reto de interpretar a Barber en ‘El Médico’ con tanta premura, pero también con tanta ilusión, cree que se ha sacado aquella hiriente espina. Se siente feliz. Durante ocho largos años fue uno de los protagonistas del mega éxito ‘El Rey León’, esfuerzo físico del cual aún se repone.
Es tierno y fuerte, profesional pero cercano, estricto pero humilde, su peso escénico y su presencia son dos grandes baluartes que afianzan función a función su carrera.
Brilla, pero sin opacar a nadie.
Un artista de los pies a la cabeza.
Alberto Vázquez: Enfrentas el reto de hacer el Barber de ‘El Médico’ en una función en marcha ¿Valiente o insensato?
Sergi Albert: ‘El Médico’ es una obra que vi en el Teatro Nuevo Apolo y me maravilló, es más, fui con mi hija pequeña a verlo y salió tan encantada como yo. Cierto es que esta producción de gira es diferente a la que vi, más en consonancia con el libro de Noah Gordon y, por tanto, más realista. Pero siento que he llegado en el momento adecuado a este musical, por su sintonía con mi manera de entender el teatro y los musicales. Es un espectáculo redondo para llevar por toda España.
Alberto Vázquez: ¿Quién y cómo es Barber?
Sergi Albert: Yo creo que Barber es uno de los personajes más importantes y complicados de la función, es el maestro de Rob, con un recorrido interpretativo que va desde lo más oscuro hasta lo más tierno del personaje. Lo adopta para que le ayude en sus trabajos más sucios y tareas diarias y a la vez lo prepara como aprendiz para ocupar su lugar el día de mañana. En él podemos evidenciar su dureza, el maltrato al que fue condenado, su desconfianza y lo gañán que es, con sus pócimas de curandero charlatán, algo que por la época era muy común. Pero siempre permanecerá en la memoria y el corazón de Rob y aparecerá en los momentos más complicados de su viaje hasta Persia.
Alberto Vázquez: Llevas 20 años de profesión ¿Con qué te quedas?
Sergi Albert: Me quedo con haber hecho realidad mi sueño y dedicarme de pleno al mundo artístico sin más ayuda que mis cualidades actorales y las correctas decisiones que he tomado en mi vida profesional, ese viaje emocional por muchos personajes que me han aportado experiencias, respeto y peso escénico.
Alberto Vázquez: Diez de esos años fueron en ‘El Rey León’. ¿Marca mucho estar tantos años en el mismo trabajo y estar en un título como ese?
Sergi Albert: La verdad es que fueron ocho temporadas, pero sí, podrían haber sido diez o más si no llego a decidir abandonar la producción por todo lo alto y dando paso a que otros actores puedan interpretarlo y disfrutarlo. El éxito no fue conseguir ser Scar, sino mantenerlo durante esos ocho años y es que, aunque fue mi mayor logro, aún contando con todas las ayudas de Disney y Stage, con los años las exigencias físicas del musical y el sacrificio que llegas a hacer por él dando el 200%, fueron muy duras y, a día de hoy, es un musical que necesita de una renovación anual de actores para mantener viva su llama.
Alberto Vázquez: ¿La ficción te ha abierto sus puertas o hay que romperse los nudillos llamando?
Sergi Albert: Bueno, en ficción la verdad es que la que hace todo el trabajo es mi representante, porque es muy difícil acceder a ella. Aquí sigue siendo difícil que los actores de musicales tengamos un reconocimiento de nuestro trabajo delante de una cámara, cosa que no pasa fuera de este país y creo que la razón solo las conocen los propios directivos. Aun así hemos logrado grandes éxitos estos últimos años y creo que es por lo bien preparadas que vienen las nuevas generaciones.
Alberto Vázquez: ¿Lo tuyo son los musicales o tienes cuerda para rato?
Sergi Albert: Jajajá… bueno, yo me considero actor polifacético, ya sea en musicales o en televisión, cine, doblaje y sí, espero jubilarme trabajando solo en lo que me gusta.
Alberto Vázquez: Tampoco se te han caído los anillos presentándote a ‘realities’ televisivos. ¿Saldo?
Sergi Albert: Cierto, ser popular ayuda mucho y los realities en los que he participado me han abierto las puertas a musicales y películas. Pero también es verdad que fueron concursos dirigidos a triunfar en mi profesión, no para hacerse famoso a cualquier precio, personalmente detesto serlo.
Alberto Vázquez: ¿Se puede ser actor de teatro y tener familia?
Sergi Albert: Ante todo soy padre y luego actor. Las prioridades han cambiado desde que lo soy. Mis hijos han crecido entre camerinos, funciones y escenario y conocen la profesión de su padre perfectamente. La aceptan y se adaptan, pero también es verdad que las productoras me lo han puesto fácil con la conciliación familiar. Los tiempos avanzan y todos nos hemos de adaptar. Mi hija ha salido artista, así que estamos juntos y compartimos tiempos en el escenario juntos. Te digo que sí, que se puede tener familia perfectamente.
Alberto Vázquez: ¿Has hecho ya tu musical soñado?
Sergi Albert: Sí, he hecho los musicales que he decidido hacer sin arrepentirme de mi participación o, por lo menos, no en todos los que han pasado por mi vida, aunque también es cierto que me quedan por cumplir otros por los que seguiré luchando. Pero sí, he sido de los afortunados con todos los personajes que he interpretado.
Alberto Vázquez: ¿Qué le pides a la vida?
Sergi Albert: A la vida le pido salud, es lo más importante y lo que más he sufrido este último año. Lo demás viene solo.