Pablo Alamá. El actor trans de ‘La noche más larga’ nos abre su corazón

roxana-esteve

Pablo Alamá (31 años), es uno de los actorazos de la miniserie española de thriller original de Netflix ‘La noche más larga’, estrenada el pasado mes de julio. En ella, da vida de forma magistral a Rey, un joven trans que acaba injustamente encerrado en una prisión psiquiátrica. De Xosé Morais y Víctor Sierra, y protagonizada por Alberto Ammann, Luis Callejo, José Luis García Pérez, Roberto Álamo, Lucía Díez, Daniel Albaladejo, Cecilia Freire, Laia Manzanares, entre otros… ‘La noche más larga‘ te atrapa, te hace segregar adrenalina, manteniendo la acción y el misterio durante horas y, sobre todo, consigue que te enamores de TODOS sus personajes (o interpretaciones), incluidos los villanos.

Rey fue una de mis debilidades y hoy tengo la suerte de tenerlo a mi lado para conocer un poquito más de su vida, carrera y proyectos.  

El mundo cambia cuando la gente lucha por aquello en lo que cree. Y Pablo es, sin duda, una de esas personas luchadoras.

Roxana Esteve: Conversar contigo puede resultar para muchos morboso; a mí personalmente, me emocionaría y sería un logro que tus consejos, tu vivencia, tu esfuerzo, y finalmente tu éxito pueda ayudar o motivar a una sola persona. Y, ¡Ojalá! que sea a través de esta entrevista, porque es muy importante TU VOZ.

¡Enhorabuena por conseguir tu sueño personal! Y ¡Enhorabuena por tu valía profesional!

Pablo Alamá: ¡Gracias!

Roxana Esteve: Actor, dramaturgo, actor de locución y doblaje… Por cierto, he escuchado varias locuciones tuyas de publicidad y ¡Me encantas! Qué naturalidad, qué dicción tan clara, qué voz tan bonita y qué ángel tienes ¡Se entiende todo a la perfección por muy rápido que hables!

Pablo Alamá: Estamos enseñados para ello. Cuando te pones a estudiar locución se te tiene que entender por muy rápido que vayas y es que, además, hay cosas que van mucho más rápidas de lo que parece porque escuchas anuncios por radio que duran apenas 10 segundos, y en 10 segundos no te da tiempo a decir prácticamente nada. Lo tienes que decir muy rápido y que parezca que vas despacio ¡Para mí es magia!

Yo cuando empecé a estudiarlo veía a mis profesores y decía, “Me parece magia que se pueda ir tan rápido, entender todo, darles tantas interpretaciones…” Yo, creo que los actores de voz tienen algo, es muy difícil transmitir solo con la voz. Evidentemente, actuar en un escenario o delante de las cámaras tiene sus técnicas y sus complejidades también, pero en esto solo te están escuchando y es muy difícil captar la atención, entonces… tienes que poner muchísimo en la voz y a mí me parece muy bonito.

Roxana Esteve: Sí, tienes que transmitir en muy poco tiempo. Pablo, hay una cosa que me da mucha rabia en algunas series españolas… No les entiendo.

Pablo Alamá: Te vas a Inglaterra y a los actores se les entiende a la perfección; es como que dentro de la formación actoral se le da mucha importancia a la voz, pero creo que aquí en España no se le da tanto, hay como eso de estar susurrando todo el rato, como que voy a poner la voz así (susurra). Creo que estamos en falta de aprender mucha técnica vocal, y creo que el 50% del trabajo actoral es la voz. 

Roxana Esteve: Totalmente. Pero sabes que hay directores que dicen naturalidad… Y eso se convierte en una película japonesa donde te dan ganas de poner los subtítulos. ¿Qué está pasando?

Pablo Alamá: Sí. La naturalidad dentro de un código interpretativo no es la naturalidad de, “estoy tirado en el sofá de mi casa…” Es otro tipo de naturalidad.

Roxana Esteve: ¡Exacto! Pablo, cuando vi la primera secuencia tuya en la tremenda serie ‘La noche más larga’ y observo tu primer gesto negando con la cabeza pensé… “¡Me gusta!” ¡Pablo, qué bonito eres! Por cierto, desde beKultura queremos que el personaje de Rey cobre protagonismo en la segunda parte, porque aunque sabemos que la serie está “cerrada” o la vendieron cerrada… ¡Esperamos una segunda parte!

Pablo Alamá: El personaje me encanta. Después de hacer el casting, me contaron cómo era el personaje y dije, “¡Dios mío, quiero hacerlo!” Porque después de lo que es toda la serie creo que es el único personaje que tiene esa cosa como de bondad y de buena persona, entre comillas… A ver, todos tenemos sombras, pero es un personaje súper bonito y ha sido muy bonito hacerlo. Es un papel relativamente pequeño.

Roxana Esteve: No hay papeles pequeños y tú así lo has demostrado en la serie. Roberto Álamo es un actor que me enamora en todo lo que hace. Pero, ¿Qué me dices de Daniel Albaladejo? (Ganó su popularidad en ‘Camera Café’ como Benito, el guarda de seguridad). En el papel de Cherokee… ¡ESTÁ BRUTAL!

Pablo Alamá: Con Daniel he coincidido bastante en el rodaje y no sé si él lo sabe, pero para mí ha sido una pasada trabajar con él. Teníamos alguna escena de acción de forcejeo y a mí me costaba mucho aprenderme la coreografía porque es como un baile cuando tienes que hacer una pelea. Y Daniel sabe mogollón, le sale súper bien y sabe mucho, ¡a mí me ayudó mucho! Ha sido un gustazo, pero con él y con todos. En este elenco han sido todos súper generosos. Mira que ves la serie y dices, “¡Qué tensión, qué horror todo!”, pero detrás, era todo lo contrario. 

Roxana Esteve: ¿Cómo llega el papel de Rey a tus manos?

Pablo Alamá: Me llegó un casting de Juana Martínez, que me mandó mi representante; recibí una separata de una página con tres frases, que debía ser una pequeña parte que sale ahí y tal y dije, “Voy a hacerlo rápido y así me lo quito de encima” Además, tenía prisa, lo tenía que mandar ya… Y dije, “Bueno, venga ¡Lo hago!” Lo mandé y al día siguiente me llamó Olga Lorente (mi repre), que a Juana le había gustado mucho y que el director quería verme. Ya fui a hacer el casting con el director, con Xabier Deive que estaba allí dándome la réplica de una escena. Y claro, cuando llegué allí, me empezaron a contar de qué iba el papel, de qué iba la serie…

Roxana Esteve: Pero, el papel ¿era así?

Pablo Alamá: Sí, sí.

Roxana Esteve: ¿Sabían que tú eras trans en la realidad, como en el papel?

Pablo Alamá: Sí lo sabían. Ya se está buscando para hacer personajes trans a actores trans para hacerlos, por esto de generar oportunidades a personas que no suelen tener el acceso al trabajo tan fácilmente.

Roxana Esteve: Pues qué suerte han tenido también ellos, que lo tienen en España y encima seas tan buen actor ¿Cómo fue ese casting?

Pablo Alamá: Aunque salí del casting diciendo, “¡Lo quiero!” Salí sin hacerme ilusiones, como sales de todos los castings, porque te dicen más veces que no, que sí, y muchas veces… no te dicen ni el no; el famoso ¡Ya te llamaremos! Y no te llaman. Entiendo que verán a tanta gente y todo va tan rápido que es lógico, pero llamaron súper rápido y me dijeron que era mío, y yo no me lo creía.

Roxana Esteve: Y cuando recibiste la noticia… ¿Qué hiciste?

Pablo Alamá: Me llamó mi representante y me dice, “¿Estás sentado?” Le dije “No” “Pues ¡Siéntate! Le dije, ¡Olga, dímelo ya, dímelo ya que me pongo nervioso! ¡Que me lo digas ya! Me lo dijo y yo estaba justo en el descanso de un trabajo y quería ponerme a dar saltos de alegría pero estaba rodeado de gente y no podía. Yo me decía, “¡Necesito salir de trabajar y contárselo a todo el mundo y celebrarlo!”. Estaba trabajando en la Cámara de Comercio llevando como la parte técnica de un máster, haciendo temas online…

Roxana Esteve: ¿No gritaste de alegría?

Pablo Alamá: Me entraron ganas, pero yo soy muy tímido y me decía, “No quiero llamar la atención”, estaban todos los alumnos, el profesor… Se lo conté a todo el mundo por el móvil; mandé whatsapps a Sofía (mi chica) diciendo, “¡Que me lo han dado, me quiero ir de aquí!” por mi cabeza pasó esa imagen típica de película de, “¡Lo dejo y me voy!” Luego dije “No, vamos a calmarnos”.

Roxana Esteve: Eres tímido y, ¿eliges esta profesión?

Pablo Alamá: Ya, ya, ya. De hecho, yo cuando era pequeño, cuando tenía 8 o 9 años  empecé a decir a mis padres que yo quería actuar, y me decían, pero tú, ¿Cómo vas a actuar?

Roxana Esteve: ¿Alguien de tu familia se dedicaba esto?

Pablo Alamá: Cero, ¡nada! Sí había inquietudes artísticas, pero nadie se había dedicado a esto. Yo era el típico niño que se escondía detrás de las piernas de su madre porque me daba vergüenza hablar, me daba vergüenza todo, absolutamente todo. Soy de Valencia y de repente vi en Canal Nou, que se abría un casting para niños para una cosa que iban a hacer y tenías que presentarte por internet. Hacía poco tiempo que teníamos un ordenador y un móvil en casa. Yo me conecté, lo rellené para presentarlo; “Mis padres me han dicho que no, pero yo lo voy a hacer”.

Roxana Esteve: Y al poco tiempo llegó la carta diciendo, “Estás citado tal día, a tal hora para el casting”, ¿No?

Pablo Alamá: ¡Sí! Yo vi la carta y mis padres la vieron y me dijeron, “Pero vamos a ver, ¿te lo has pensado bien?”. Yo ahora lo entiendo, porque era tan tímido…, pero yo lo quería hacer y les dije que sí, que lo quería hacer, que se me iba a dar bien y que me apetecía. Y no fui porque ellos pensaron que iba a ser malo para mí, que era una situación que me iba a sobrepasar. Creo que fue sobreprotección y a mí ahora me causa hasta ternura. Y entonces… ¡Se me paso! Empecé con la música, empecé a escribir… Siempre he tenido inquietud por diferentes cosas.

Al llegar aquí a Madrid, en 2015, me puse a estudiar locución y doblaje y pensé, “para hacer todo esto de la voz hay que aprender a interpretar”. Y empecé a estudiar interpretación. Algo que siempre me había gustado, pero que nunca me había atrevido ¡Uy! Y de repente me encontré haciéndolo con 25 años y pensé que era tarde ¡pero no!

Roxana Esteve: Y llegas siendo Pablo a Madrid…

Pablo Alamá: Sí, yo la transición la empecé a los 23 años, en Valencia.

Roxana Esteve: Primero tienes que hacer tu personalidad y luego te metes en la “adversidad” de ponerte a crear la personalidad de más personajes… ¡Qué valiente y qué locura! ¿No?

Pablo Alamá: (Se ríe). La personalidad al final es desde que nacemos. La esencia es la que es si eres hombre, mujer, binario o lo que sea… indistintamente de tu orientación sexual, tu personalidad, tu carácter. Es algo que llevas dentro y que también con los años vas moldeando.

Roxana Esteve: ¿Si te ofrecen hacer un papel afeminado…?

Pablo Alamá: No tengo problema. Además, he tenido un camino de transición de como que tienes que ser muy hombre y te pones en una masculinidad que no es la tuya, porque desde fuera no te ven así, entonces… es como que lo tienes que sobreactuar. Poco a poco me he ido reconciliando con toda la feminidad y con toda mi parte femenina, que creo que todo el mundo tiene y también masculina. Yo gesticulo mucho, tengo muchos gestos femeninos que durante años escondía y que, ahora que mi autoestima ha crecido, estoy muy a gusto con quién soy. 

Y me siento más libre en ese aspecto, también actuando; si tengo que ser afeminado, lo soy y si no es así, también; porque al final actuar es un juego de cambiar de emociones.

Roxana Esteve: Te veo tatuajes, ¿te han limitado a la hora de actuar? ¿Te los volverías a hacer?

Pablo Alamá: Cuando me los hice fue antes de actuar y es verdad que cuando me dio por esto, me decía la gente con tatuajes, “Vas a tener papeles que te vas a perder”. Y me entró el miedo y puede que pierda oportunidades por estar tatuado, pero creo que hay otras que puedo ganar; como quien tiene el pelo negro o rubio. Por ejemplo, en la serie ‘La noche más larga’, Oscar Pedraza, el director, va tatuado y le encantan los tatuajes y estoy seguro de que ahí hay algo que le molo también. 

Roxana Esteve: Artista multidisciplinar. De todas las cosas que haces como guitarra, piano, bajo, armónica, ukelele, esquí, snowboard, skate, longboard, tenis

Pablo Alamá: ¡Y ahora, escalada!

Roxana Esteve: ¿Cuántas de estas habilidades te han ayudado en tu carrera?

Pablo Alamá: Mi carrera es bastante corta por ahora y no sé, realmente no he tenido ningún papel que haya tenido que mostrar una de esas habilidades. A mí me sirve como herramientas que tengo, y el ser músico me sirve para entender  la musicalidad o ciertos ritmos de otra forma. 

Roxana Esteve: ¡Hablemos de teatro! Este verano has estrenado la obra ‘Manual para follarse a un macho con vagina’ que tú has escrito, producido, dirigido e interpretado y sé que tiene bastante de biografía. Cuéntanos…

Pablo Alamá: Poco antes de la pandemia, al final de 2015 fue cuando empecé  a escribirlo, seguí en la pandemia pero lo dejé apartado en un cajón. Y lo tenía ahí, pero no sabía, no tenía experiencia para producir algo, pero al final se dio todo; hablé con El Umbral de Primavera que conozco bastante a Viviana López Doynel e Israel Giraldo, que llevan la sala; les presenté el proyecto, y me dijeron, “Para junio, estrenas”. Esto fue en marzo y me puse las pilas; empecé a ensayar, estando en el escenario solo, ¡solísimo! Mi primera vez solo en un escenario y estaba acojonado. Tres semana antes yo me decía, “¡Cancelo, yo me voy!”, “¡Dejo esta profesión!” (como siempre que te pones muy nervioso), pero luego lo haces y es una pasada y lo disfrutas… Estuve mes y medio y la gente me respondía súper bien, empezamos con tres fechas a la semana y terminamos con seis. La voy a retomar, probando cosas nuevas. 

Roxana Esteve: Y, ¿Cuál es la frase que has escrito que más lleva de ti, o te emociona al interpretarla?

Pablo Alamá: Hay tantas… Más que frases, me quedo con una escena que es como salgo del armario y se lo cuento a mi madre, que falleció hace siete años. Es una escena muy bonita y esto era un poco homenaje a ella que al final, dentro de la familia, yo creo que la parte artística la he heredado de ella; mi madre siempre estaba haciendo manualidades, pintando… Y toda esa escena era como, ya que no puede estar aquí, pues que esté de alguna forma, e intenté resumir cómo fue ella para mí, su personalidad y cómo era ese amor de madre. Para mí, “el no entiendo lo que me estás diciendo, pero te quiero y me da igual”. En la escena ella está haciendo un arroz al horno y yo le quiero contar, “Mama, que te quiero contar una cosa…” pero ella sólo dice, “Sí, ¡Pásame las morcillas! Hazme no sé qué, no sé cuántos…,  “Pero, mamá que te quiero contar…” Y al final se lo conté y me dijo, “Bueno… ¿Quieres llevarte un táper?” Esta cosa de madre, como el decir, “Mira, me da igual. Porque te quiero, y lo que quiero es que comas”. Es la escena con la que más conecto.

Roxana Esteve: Cuando murió tu madre… Ella ¿Llegó a ver tu proceso acabado?

Pablo Alamá: Sí. Al principio le chocó un poco con esto de, “Vale, no lo estoy entendiendo bien” o, yo creo que no estaba entendiendo exactamente lo que significaba, pero siempre hubo amor, siempre intentó que yo fuera libre en este aspecto. Fue pasando el tiempo y fue súper natural… 

Roxana Esteve: Natural… entre comillas ¿no? Porque Pablo, este proceso debió ser difícil… Tú que estás hormonado ¿Qué día dices… “Lo he conseguido”?

Pablo Alamá: Para mí fue mucho más difícil todo el proceso de aceptación y de contarlo que de empezar a hormonarme. Ya una vez empecé fue emocionante, fue un ¡Ya está! Y luego hay un proceso en el que se empiezan a notar los cambios, porque van poco a poco, no ocurren de un día para otro, y hay cambios durante los primeros años.

Roxana Esteve: ¿Cuántos años?

Pablo Alamá: No sé decirte. No sabes qué es fruto de las hormonas y qué es fruto del paso del tiempo, de estar envejeciendo. Cuando empecé lo hice con mucha euforia y a los seis meses yo diría que ya veía que la gente me estaba viendo como yo quería que me vieran. Es muy difícil definir eso, y luego cada persona tiene un proceso diferente y una genética diferente. Y dar con una familia y amigos que te entiendan es muy importante; gente que te entienda y que te dejen libertad en ese proceso.

Roxana Esteve: Sé que tus padres te apoyaron desde el primer momento, pero que tu madre sí sintió miedo de que te pudieran hacer daño ¿Alguna mala experiencia?

Pablo Alamá: En general no. Hay micro-violencias, comentarios de gente que no te conoce, que hace comentarios tránsfobos y dependiendo de cómo estés, te puede doler más o menos. Según cómo te encuentres. Yo lo llamo micro-violencia, porque al final no es un ataque directo, son opiniones que tenemos formadas como sociedad y que son también reflejo de una cosa social en la que hay muy poca información. 

Roxana Esteve: ¿Has pensado alguna vez, “¡Qué suerte haber nacido en este siglo!” Y así, haber podido hacer realidad tu sueño?

Pablo Alamá: Hay documentos de mujeres y hombres transexuales ya en el siglo XVI en España. Hace poco leí la historia de una mujer en España, en el siglo XVI, que quería estudiar medicina y, como era mujer, no podía acceder y se empezó a hacer pasar por hombre y pudo estudiar medicina, descubrió que era un hombre, se hizo cirujano y se hizo una operación de cambio de sexo a sí mismo. ¡Hay historias tremendas en otras épocas!

Roxana Esteve: Yo el papel más bonito y, quizá, uno de los más difíciles que he interpretado en mi carrera en la lírica ha sido de chico, haciendo el Abel de la zarzuela ‘La tabernera de puerto’. Tú, ¿Cómo ensayas y preparas los personajes?

Pablo Alamá: Primero leo y analizo el texto yo solo, luego me lo aprendo (Se me da muy bien memorizar). Y luego sí soy más tímido a la hora de ponerlo en pie, es la parte que más miedo me da, ¿Qué hago con las manos? ¿Qué hago con mi cuerpo? Tengo un profesor que me ayuda con acciones cotidianas tipo: ¿Cómo cogería la sartén este personaje? O, ¿Cómo caminaría buscando que tenga algo característico? Y luego el texto… ¡Con quien pille por banda! Mi chica, colegas… tengo también una red de amigos actores que siempre acabamos echándonos un cable ¡Con quien esté disponible!

Roxana Esteve: ¿Qué personaje te gustaría interpretar?

Pablo Alamá: Te juro que no sé qué responder cuando me lo preguntan. No tengo un personaje que quisiera hacer. Me gustan todos, me encantan todos los personajes, pues a todos les encuentro algo interesante o algo que me pueden aportar a mí. Me gusta mucho esta profesión y además me la tomo con cierta humildad, lo que quiero es interpretar y me da igual que el personaje sea grande o pequeño; disfruto haciéndolo.

Roxana Esteve: ¿Un referente como actor español?

Pablo Alamá: Bárbara Lennie me encanta. Javier Cámara siempre me ha gustado muchísimo; esa comedia, esa forma que tienen de hacer. Ellos dos son los primeros que me vienen a la cabeza, pero seguro que hay más.

Roxana Esteve: ¿Al lado de quién te gustaría trabajar?

Pablo Alamá: ¡Pues con ellos dos! Y los compis con los que he trabajado en ‘La noche más larga’, también. Me encantaría volver a trabajar con todos ellos, porque ¡ha sido una pasada!

Roxana Esteve: Y, ¿director?

Pablo Alamá: Eduardo Casanova me flipa, hace una cosa como muy loca y estética, y me encantaría de repente meterme en ese mundo, porque me parece algo muy alejado a lo que se suele tener acceso; ese mundo más estético… onírico. Me molaría mucho hacer algo así, porque son personajes con caracteres como muy diferentes a lo que solemos ver.

Roxana Esteve: Un libro interesante que nos recomiendes…

Pablo Alamá: El último libro que me he leído es ‘La ridícula idea de no volver a verte’ de Rosa Montero, que habla sobre la vida de Marie Curie; un poco ensayo de Montero que va entremezclando sus pensamientos y sus ideas con la vida de Curie. Y es una pasada, porque también habla de una mujer en una época en la que quería acceder a estudios universitario cuando las mujeres no podían, y que ganó dos Premios Nobel. Me ha marcado muchísimo ese libro.

Roxana Esteve: Ahora te vas a ensayar ¿Nos puedes “chivar” a dónde?

Pablo Alamá: Estoy ensayando una obra de Rodrigo Villalba, un compi muy amigo mío, que se llama ‘La celebración de los cuerpos que caen’, es su primera obra de teatro y la estrenamos en noviembre en El Umbral de Primavera. Vamos a estar todo el mes y ahora estamos en pleno proceso de creación.

Roxana Esteve: Antes de irte… Un consejo que pueda ayudar a mujeres/hombres que se encuentren perdidos o en la situación que tu viviste…

Pablo Alamá: Creo que lo más importante es primero estar en paz contigo mismo y después de encontrar esa paz, encontrar el cómo decirlo y decirlo cuando estés preparado. No hay prisa, no hay ninguna prisa, ocúpate de estar seguro ti, de tener un espacio de seguridad y a partir de ahí… ¡DILO! Y, si alguien no lo entiende no es culpa tuya, es culpa del otro que tiene la mente “cerraíca”.

Roxana Esteve: ¡Que orgullosa debe estar tu gente!

(Más allá de ser un actor al que le auguro una larga y exitosa carrera… Pablo Alamá es y será un referente).

Fotógrafa: Sofía Magán

Instagram Sofía Magán: @sof_mag

Instagram Pablo Alamá: @pablohoney

¿Te ha gustado? Compártelo en tus redes sociales
Facebook
WhatsApp
Twitter
LinkedIn
Telegram
roxana-esteve
Cantante lírica, actriz, dramaturga y RRPP de teatro. Debuté a los 14 años en Zarzuela, siendo la tiple cómica más joven de España, realizando mi carrera lírica con las principales compañías del país. Pasé al teatro clásico, perteneciendo durante quince años a la Cía. Titular del Teatro Español a las órdenes de Gustavo Pérez Puig y Mara Recatero. Comencé en el mundo de la dramaturgia con las obras “Aventuras en el jurásico”, “Los alumnos de Merlín” y “Vecinas”, Actualmente acabo de terminar mi primera novela “Dos mujeres sí pueden ser amigas”.

¡No te pierdas ni una sola noticia!

Inscríbete a nuestra newsletter y canal de Telegram para estar al día de todas las novedades
Otros artículos relacionados

Cris Picos, flamante protagonista femenina de El médico

Suscríbete a la newsletter

¿Quieres estar al día de todas las novedades culturales? Con beKultura es posible, ¡suscríbete!

¡No te pierdas ni una sola noticia!

Inscríbete a nuestra newsletter y canal de Telegram para estar al día de todas las novedades