Jesús Cimarro: una de las figuras más importantes del teatro en España

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Jesús Cimarro es el Presidente de la Academia de las Artes Escénicas de España. Desde 1988 es el director de Pentación Espectáculos (iniciativa empresarial de producción y distribución teatral que incorpora la gestión del Teatro Bellas Artes y el Teatro La Latina).

Desde 2012, es el director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, siendo reconocido con la Medalla de Extremadura. Ha dirigido las cuatro ediciones de los Premios Ceres. Miembro de la Federación Europea de Empresarios de Espectáculos y del Consejo Regional de Cultura de la Comunidad de Madrid.

Nuestro invitado es docente del MBA de Gestión Cultural de la Universidad Complutense y de El Mundo, entre otros.

Ha sido reconocido con numerosos galardones como la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, el Premio Favoritos, el Premio Pop Eye de Teatro y el Premio Max a Mejor Empresario Teatral, entre otros. En 2018, Forbes Business posicionó a Jesus Cimarro entre las 100 mentes más creativas.

Jesús Cimarro me recibe amabilísimo, como es él, en su despacho del Teatro La Latina.

Roxana Esteve: Naciste en Ermua (Vizcaya) y con tan solo 15 años comenzaste, en tu ciudad natal, a organizar el taller de teatro, preparabas los presupuestos… Pero, ¿Quién confío en ese niño de quince años y de dónde nace esa vocación?

Jesús Cimarro: Realmente fuimos un grupo de personas los que formamos ese taller de teatro. Fue en el año 1980, prácticamente eran los primeros ayuntamientos democráticos y había muchísimas ganas de hacer muchas cosas. Coincidió que en el Ayuntamiento de Ermua hubo un concejal y el propio alcalde que querían hacer actividad cultural y de ahí salió; de un grupo de seis personas que decidimos formar el taller de teatro, hablar con el ayuntamiento y darle una estructura orgánica y que el ayuntamiento fuera el que tutelara el asunto y, además, se hiciera una programación en el teatro en el que hubiera una continuidad. Y se consiguió, tanto del 80 al 83, como más adelante por supuesto, se consiguió una programación estable en el municipio con ese grupo de personas que nos dedicamos a la programación de ese taller y a la gestión.

Roxana: Y a ti, ¿no te gustaba la parte artística, ser actor…?

Jesús Cimarro: Yo siempre tuve claro que tenía que organizar todo eso y estaba siempre en la parte de organización; asistía a las clases de teatro pero yo me encargaba de contratar a los profesores ¡Imagínate lo que es eso! Profesores que luego nos iban a dar clase de expresión corporal, de interpretación… Que era un poco lo que se hacía en esos momentos. Yo me encargaba de la organización porque, en aquel momento, no se llamaba ni producción ni nada, sino organización.

¿Quien se encarga de todo esto? ¿Quien se encarga de la organización? Y todos me miraban a mí ¡Cimarro lo hace! Y siempre lo hacía, tenía muy claro que ahí había una parte muy importante del trabajo, lo vi desde el primer momento y por eso me decliné.

Roxana: Pero un chico de 15 años, ¿Cómo puede estar pensando en una organización, en una gestión… Cuando en esa edad se está pensando, por ejemplo, en jugar? ¿Cuál es el germen de esa madurez y responsabilidad?

Jesús Cimarro: Posiblemente sea porque en mi casa yo había vivido unos años complicados. Se creó una cooperativa donde trabajaba mi padre, que era la fábrica de bicicletas Orbea, de la que él fue socio fundador. Fueron años muy difíciles porque, claro, era una empresa que los empleados la acogieron para salvarla y crear la cooperativa, así que yo viví desde muy pequeño la cultura del esfuerzo.

Roxana: ¡Ahora, sí! Yo no entendía cómo un niño llega ahí y cómo piensan en ese niño…

Jesús Cimarro: Sí, por haber vivido esa cultura del esfuerzo y también eran unos años en los que estaba todo por hacer, eso era muy importante. Siempre he tenido inquietud por organizar, crear, hacer cosas… yo creo que ahí lo que he hecho es canalizar de los 15 a los 18 años; canalizar ese trabajo.

Yo estaba en COU y me pidieron escribir unos artículos sobre teatro y sobre la programación de teatro que estábamos haciendo en el Periódico del Correo Español del Pueblo Vasco, los escribí y me dijeron, ¿por qué no te haces corresponsal del correo en Ermua? Y desde los 17 a los 21 años, estuve trabajando de corresponsal haciendo entrevistas, reportajes, plenos municipales… ¡de todo! Ahí tuve un bagaje muy concreto, y una de las justificaciones de esto, es eso. Yo publico mucho y viene de ahí; del periódico en papel y del online, pero a mí me gusta mucho el papel. Desde muy pequeño en mi casa se leía el periódico desde los 10 u 11 años, y yo veía el periódico, leía los titulares, veía los dibujos… luego ya empecé a leerlos ¡lógicamente! Eso me lo inculcó mi madre, que era la que compraba el periódico y la que lo leía. Hay muchas cosas de mi personalidad que se explican porque, evidentemente, las he vivido en casa.

Roxana: Ahí se explica esa madurez tan temprana…

Jesús Cimarro: ¡Claro! Inquietudes que yo las he desarrollado, pero que ya estaban ahí, lógicamente. Trabajé 4 años en el periódico y ahí conocí y entrevisté a mucha gente.

A los 18 años tomé la decisión de entrar en el grupo de teatro Geroa, que era un grupo profesional. Estuve trabajando allí tres años como productor y distribuidor, estamos hablando del año 83, en aquellos años esas figuras prácticamente no existían.

Roxana: ¡Innovador total!

Jesús Cimarro: No existían y, de alguna manera, se profesionalizó esa figura. Cuando ahora se habla de profesionalizar el trabajo de la producción, de la distribución… Yo eso ya, ¡lo he vi-vi-do hace 40 años! Hay gente que cree que a mí me lo han dado todo, que esto ha venido del aire y no saben el proceso, y por eso, en un momento determinado escribí un libro de producción, gestión y distribución del teatro. Hay una serie de razones por las que esa profesión, ese trabajo ha sido muy autodidacta por mi parte y yo aprendí a base de golpes, de errores, de equivocarme, de experimentar y de probar, porque tampoco había una guía. A mí cuando empecé en esto, me habría gustado tener la información para saber, al menos, de qué iba esto, por eso escribí el libro de la práctica a la teoría. Que no es lo mismo, porque de la teoría a la práctica siempre hay muchos errores, pero de la práctica a la teoría hay muy pocos, porque escribes sobre todo lo que has practicado sobre distintos modelos.

Roxana: ¡Qué maravilla todo el trabajo que les adelantaste!

Jesús Cimarro: Yo no digo que mi modelo sea el único, ni mucho menos, hablo de muchos modelos, porque además cuantos más modelos hay, más se diversifica. Yo creo en la competencia leal no en la desleal; en la leal a mí no me da ningún miedo tener colegas que lo hacen mejor que yo, al contrario, ¡Aprendo! Aprendo, entre otras cosas, porque muchas veces me considero un buen copiador, yo observo todo lo que hay a mi alrededor e intento aplicar lo bueno que tienen mis colegas a mis estructuras, porque es una manera de aprender, uno tiene que estar aprendiendo continuamente.

No es casualidad, Pentación lleva 34 años con el mismo nombre y el mismo CIF. Hay ahí unas señas de identidad claras donde se ha ido creciendo de una manera sostenida y sostenible, se ha ido cimentando el edificio para que no se cayera, porque al final hemos tenido todo tipo de crisis, pandemia, de todo y la casa sigue y el trabajo sigue, y eso yo creo es fundamental, porque al final se estudiará como uno de los modelos. Además, yo provengo del teatro alternativo e independiente, me vengo a Madrid con 21 años y creamos Pentación con un grupo de profesionales que, en aquel momento, tenían 20 y 25 años más que yo: que eran El Brujo (Rafael Álvarez), Gerardo Maya, Alonso de Santos y Tato Cabal, y creamos Pentación. En estos momentos Pentación es una de las empresas más solventes y estables del país, hemos producido más de 200 espectáculos, tenemos tres teatros, llevamos la dirección del Festival de Mérida… en fin, yo creo que tenemos mucha actividad y eso es importantísimo a la hora de ver la perspectiva y la línea de trabajo que seguimos. En definitiva tenemos una responsabilidad, aquí hay más de 110 personas trabajando y hacemos teatro, no hacemos musical, hacemos teatro de texto, que hay mucha diferencia.

Roxana: Mucha, efectivamente, y lo importante que es el teatro de texto.

 Jesús Cimarro: Por ejemplo, nosotros tenemos las tres partes del negocio: la producción, la distribución y la exhibición. Cuando se formó Pentación había una mezcla entre lo alternativo y lo comercial, y buscamos una tercera vía, que es lo que de alguna manera hemos ido trabajando, con trabajos de calidad comerciales, con grandes textos, con grandes repartos. Fusionar todo eso y mezclar distintas líneas de trabajo no ha sido fácil, pero ahí hay un modelo que nosotros hemos seguido y que luego muchas compañías han seguido también. A mí me han preguntado, ¿No te molesta que te copien? Nada, yo encantado. Si aquí hemos copiado todos; los romanos copiaban de los griegos, Molière de los griegos y romanos, Shakespeare ídem de ídem, Calderón de la barca… Si nos fijamos en la historia, todo el mundo ha copiado de todo el mundo y al final lo que se hace es adaptar todo a los nuevos tiempos. Yo creo que ahí está la clave; en cómo uno se adapta a los tiempos en que  vive.

Roxana: Yo nací en la calle Toledo 73 ¿Qué recuerda mi vecino de la calle Toledo 69?

Jesús Cimarro: Yo viví en la calle Toledo 69, y veía el Teatro de La Latina.

Roxana: Cuando pasabas por delante de él, ¿En algún momento pensaste dónde ibas a llegar, que iba a ser tuyo, o que ibas a ser un hombre tan relevante del mundo de la cultura? ¿Te lo imaginabas?

Jesús Cimarro: No. Mi balcón daba a la calle Toledo, veía las colas y decía, “¡Qué envidia, qué alegría me dan!” Me daban envidia los éxitos, envidia sana, pensaba “¡Ojala yo pudiera hacer algún éxito como el que hace Lina Morgan, que llena los teatros!” Cuando dicen, “A mí no me importa el público…” Pues a mí lo único que me importa es el público, yo trabajo para el público ¿Qué sentido tiene todo lo que hacemos, si no queremos ver los teatros llenos? Es muy difícil llenar un teatro y cuando se llena hay que aplaudirlo. Ésa es mi filosofía y mi manera de ver la situación, yo pensaba, “Algún día trabajaré en ese teatro, algún día…” Un día lo alquilé y otro día lo compramos y, como no lo pude comprar solo, tuve que buscar socios, porque es una estructura muy grande, un edificio muy emblemático y cuando lo compramos teníamos muy claro que queríamos que la sede de Pentación estuviera aquí. Es un edificio de tres plantas de oficinas donde está todo el equipo de Pentación, están centralizados todos los departamentos y trabajamos aquí desde el año 2010. Se ha acondicionado el espacio, hemos invertido muchos recursos económicos para trabajar a gusto. Donde se trabaja tantas horas y hay tanta gente trabajando tiene que haber luz natural.

Roxana: ¿De qué producción te sientes más orgulloso?

Jesús Cimarro: Muchas, decir una es como decir que quieres más a papá o a mamá. Yo he hecho muchas producciones de las que me siento muy orgulloso. He hecho muchos espectáculos, más de 200 (creo que 220), y me siento orgulloso de las diferentes etapas de la empresa, porque en esas etapas ha habido una parte muy importante de la historia

Roxana: Me gustaría felicitarte por la apertura del renovado y emblemático teatro, cine María Luisa que se incorpora como escenario del prestigioso Festival de Mérida y acogerá cinco espectáculos.

Jesús Cimarro: Se inaugura en el festival. Es una reivindicación que los vecinos de Mérida tenían desde hace años y que, por fin, se ha materializado. El otro día lo estuve viendo y está prácticamente terminado y el teatro es una auténtica maravilla. Es un teatro de 500 localidades que se suma a la programación del Festival de Mérida, y que luego será un teatro que tendrá la ciudad. Lo gestiona el ayuntamiento y entre esos cinco espectáculos está la Compañía de Chapitô de Portugal

Roxana: ¡Que buena señal! Parece increíble volver a hablar de la apertura de un teatro…

Jesús Cimarro: A mí me da mucha alegría cuando se abre un teatro, porque es muy importante.

Empezamos con Els Joglars (en el Teatro María Luisa), que nunca hemos trabajado con ellos. Todo es temática grecolatina-grecorromana, que es la esencia del festival.

Roxana: Y, ¿la programación de los otros teatros…?

Jesús Cimarro: Publicamos toda la temporada de los tres teatros de septiembre a junio, sobre todo para que los grupos vean toda la actividad que tiene el teatro y puedan elegir. Hacemos grupos y abonos, hemos sacado dos abonos de plata y oro con el 30 y el 50% de descuento en todos los teatros de Pentación.

Roxana: Como Presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid y a su vez, Presidente de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas Productoras de Teatro y Danza de España, nos preocupa e interesa tu opinión sobre cómo a  va a afectar a la cultura, y especialmente al teatro, la guerra actual.

Jesús Cimarro: La guerra está afectando… Todo elemento externo afecta al teatro, porque la gente va al teatro a disfrutar en sus momentos de ocio, de entretenimiento, de evasión, de buscar una vía de escape, de aprender, documentarse y crecer, empaparse de cultura… cada uno elige lo que quiere. Yo nunca voy a juzgar ni voy a decir lo que significa el teatro, porque la cultura y el teatro para cada uno significa una cosa, y hay que respetarla ¡ya está! Para unos puede ser una cosa, para otros otra, y yo voy a respetar todas esas opciones, porque vivimos de los gustos del público, en definitiva, y sus gustos son muy amplios, muy diversos y muy variados ¡por suerte! Además, eso nos permite que haya una gran franja de posibilidades de trabajo para todo el sector cultural, porque todo el mundo puede hacer muchas cosas, es decir, “no pongo puertas al campo, está abierto”, y tenemos que tener esa mentalidad abierta. A mí nunca me verás criticar un espectáculo en público, yo puedo tener mi opinión personal, pero alguien que levanta el telón de un espectáculo… todo ese esfuerzo que está detrás, aunque sea fallido, hay que respetarlo, levantar un telón, ¡tiene mucho mérito!

Roxana: ¡Ya es admirable!

Jesús Cimarro: Sí, porque al final hay un esfuerzo muy grande de mucha gente en ese trabajo y si no respetas el amor con el que lo hacen tus compañeras y compañeros, es muy difícil que te respetes a ti mismo. Por eso yo creo en la colaboración, en el asociacionismo, porque nos ayuda a crecer como sector. Y, como sector, hemos conseguido muchísimas cosas; recientemente, el que haya un contrato artístico laboral para el sector de la cultura, que podríamos haber estado en una situación muy complicada con la reforma laboral que nos han largado. El hecho de unirse y trabajar conjuntamente ha hecho que consigamos muchos logros.

Cuando a mí me plantean “¿Tú representas al sector empresarial?” ¡Pues sí! “Pero… ¿Cómo son tus relaciones con el sector social de la parte de los sindicatos?” Tengo buenas relaciones. Evidentemente, cuando uno entra en una negociación, cada una de las partes quiere conseguir lo mejor para sí, y son muy respetables todas las opciones que se plantean; lo que hay que hacer es llegar a un entendimiento ¡Eso es una negociación! ¡Llegar a un ENTENDIMIENTO! Yo intento ponerme siempre en el lugar de la otra parte y pido que se pongan en mi lugar también, porque esa es la única manera. Yo estoy muy fajado en negociaciones de convenios colectivos, porque entiendo que la parte social negocie sus condiciones, evidentemente, yo si estuviera en su lugar pediría también todas las mejoras posibles, otra cosa es que se puedan dar, ésa es la labor que tiene la parte empresarial en una negociación: ver lo que se puede dar y lo que no. Creo que el crecimiento de los sectores se produce cuando hay un diálogo social claro y de entendimiento, porque además nos necesitamos unos a otros (la parte social y la parte empresarial) para tener todos unas condiciones dignas. Por eso creo que una de las labores que tienen las asociaciones es esa, aparte de mejorar el sector para que crezca, que tenga ayudas… Y digo ayudas, porque el sector de la cultura da más de lo que recibe, y hay que decirlo muy alto… No somos unos pedigüeños, somos gente muy seria que trabajamos muchísimo y generamos mucho trabajo, que intentamos que sea lo menos precario posible y demostrar a la sociedad que somos un sector serio, un sector productivo de la economía del país. Somos la cuarta fuente de ingresos del producto interior bruto, ¡que hay que recordarlo muchas veces! Y esa es una de las labores que yo hago como directivo del sector.

Y hay que recordar a la sociedad y a los políticos, del signo que sean, que somos un sector necesario para la sociedad y eso es lo que tenemos que trasladar por nuestra parte.

Yo intento estar siempre por encima de los intereses políticos, porque evidentemente están ahí, y tenemos que jugar con los partidos que estén gobernando, tenemos que tener buenas relaciones de trabajo, luego cada uno votará a quien quiera, pero tenemos que tener una buena relación profesional con quien nos toque.

Nosotros podemos tener afinidades, pero yo he trabajado con distintos equipos de gobierno y opciones políticas.

Roxana: ¡Totalmente de acuerdo! La cultura no debería tener color

Jesús Cimarro: ¡Bueno, no es casualidad! A mí, me llevo el Partido Popular a dirigir el Festival de Mérida y ganó el Partido Socialista y me mantuvo. Creo que es uno de los ejemplos de lo que se debe hacer, si hay un cambio político y algo está funcionando, no se debe cambiar.

A veces se nos olvida que, evidentemente, cuando alguien gana marca las pautas, pero hay que recordarle que ganar no solo significa que gobiernes para los que te han votado, sino para todos.

Roxana: Si volvieras a nacer serías…

Jesús Cimarro: Pues posiblemente sería lo mismo que soy ahora, un productor teatral (Se ríe). No me arrepiento de nada de lo que he hecho, evidentemente mejoraría muchas cosas…

Un día yo estaba en Buenos Aires, me llaman y me dicen que la revista Forbes me ha elegido como una de las 100 mentes más creativas del mundo; creía que era una broma, ¡no te lo esperas! Y cuando ya eres consciente dices, “Algo estaré haciendo bien”. Posiblemente yo ahora mismo sea el productor que más tiempo lleva en activo siendo productor teatral. El año que viene cumplo 40 años como productor teatral, ¡estamos hablando de muchos años! 

Roxana: ¿Qué producción sueñas realizar? ¿Con qué nos vas a sorprender?

Jesús Cimarro: Estamos cerrando la temporada de los tres teatros, que la presentaremos en septiembre, y trabajamos con mucha variedad… Me gusta mezclar muchas gentes, sobre todo, dar cabida al máximo posible de gente para ser lo menos sectario posible, porque al final, esto se llena de muchas camarillas y hay que intentar romperlas, porque sobre todo, se aprende tanto de la persona que tienes enfrente…

Roxana: Enhorabuena por títulos tan maravillosos que nos estas ofreciendo como ‘El cuidador’, ‘Adiós dueño mío’, esas jóvenes actrices recitando ese verso tan bien dicho, con tanta frescura…

Jesús Cimarro: Y ver a cinco mujeres que están estupendas. Este año la línea del Festival de Mérida va por ahí, por las heroínas. Títulos que nunca se habían hecho como Minerva, Safo, Ariadna, Sherezade, de mitología…  Al final, tienes una gran variedad del mundo femenino, de la mujer, porque hay mucho héroe y ha habido que sacar de muchos sitios. Hemos intentado que haya una mezcla de danza, música, teatro… También el Julio César que hacemos, lo hacen mujeres que vienen de Argentina, del Teatro San Martín de Buenos Aires… ¡Son apuestas! ¡Ver un espectáculo en Mérida es un placer!

Roxana: Y un lujo en nuestro país. Si me permites, a los papás les hago un llamamiento: ¡Lleven a sus hijos al festival, paseen y disfruten de la programación entre sus calles y rincones monumentales gracias a la Programación OFF, para que sus hijos comiencen a amar el teatro!

Jesús Cimarro: Me encuentro mucha gente joven, de lo que estoy muy orgulloso, y también de que haya bajado la media de edad. Cuando asumí la dirección del festival, la media estaba en 60 años y ahora está en 44, ¡Hemos bajado muchísimo la edad media del público que asiste!

El año pasado me encontré con situaciones como que en el Edipo venía mucho público joven y cuando salía de los camerinos con el director Luis Luque nos paró una pareja joven y nos preguntó, “¿Podemos hacernos una foto con el director?” Y pregunté, “¿Qué edad tenéis?” Y dijeron “18 años”, y volví a preguntar, “¿Cuántas veces habéis venido al teatro?” Y contestaron, “esta es la segunda vez”. Yo acostumbro a preguntar mucho y me dijeron que les había encantado, que lo iban a recomendar y volverían al teatro ¡Eso es captar a un público que está muy pendiente del móvil, del ordenador, de una pantalla…, para que disfrute de un espectáculo en vivo, porque es el público del futuro!

Roxana – Las confidencias de su maravillosa y versada infancia, aunque también dura y temprana madurez, y las palabras de un innovador tan influyente en el teatro en España como Jesús Cimarro, quedan aquí plasmadas como una clase magistral.

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Cantante lírica, actriz, dramaturga y RRPP de teatro. Debuté a los 14 años en Zarzuela, siendo la tiple cómica más joven de España, realizando mi carrera lírica con las principales compañías del país. Pasé al teatro clásico, perteneciendo durante quince años a la Cía. Titular del Teatro Español a las órdenes de Gustavo Pérez Puig y Mara Recatero. Comencé en el mundo de la dramaturgia con las obras “Aventuras en el jurásico”, “Los alumnos de Merlín” y “Vecinas”, Actualmente acabo de terminar mi primera novela “Dos mujeres sí pueden ser amigas”.

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