Ana Milán: “España es un país lleno de artistas increíbles, nos sobra talento para exportar”

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Charlamos con Ana Milán, sin duda una de las actrices del momento. Ha rodado 3 películas este año y dos temporadas de su propia serie ‘ByAnaMilan’ donde también es guionista e ideóloga. Además, es la reina de las redes sociales y sus directos en Instagram reúnen ante sus pantallas a decenas de miles de personas.

Un día descubrí su sonrisa y, al sentarnos junto a nuestras parejas a tomar un café en el Bellas Artes, me di cuenta de que tras esa mujer impresionante: había un cerebro, un alma y un corazón sencillamente inimaginables. La vida me ha bendecido con su amistad y charlar con ella es un auténtico regalo para el alma. Como muestra un botón.

Alberto Vázquez: Gracias Ana, por estar, por ser, por darte, y por dedicarme este desayuno sin diamantes, pero con palabras y recuerdos que valen más que un Tiffany’s. ¿Cómo ves a Ana Milán?

Ana Milán: Diría que Ana Milán es Ana Milán, intentando saber quién es Ana Milán. Que a sus 47 años tiene muchas más pistas más que las que tenía hace una década. Una mujer a la que le queda algo de una niña, tremendamente creativa, que sin saberlo soñaba, no sé si con ser actriz, o con ser artista, pero sí con contar cosas. Porque siempre todo lo que he querido ser en mi vida ha tenido que ver con conocer el alma humana y contar cosas.

A.V.: ¿Queda algo de aquella niña?

Ana Milán: Sí, sí.  Y yo creo que cuantos más años cumplo voy siendo más joven, porque yo de pequeña lo que quería era ser mayor, y ahora que lo he conseguido me permito el lujo de querer ser pequeña. Cada vez respeto más mis emociones base y creo menos en cubrir las expectativas, ni mías, ni de nadie. Existo para mí, no para los otros.

A.V.: ¿Te ha costado mucho trabajo llegar a ser quién eres ahora?

Ana Milán: ¡Y tanto!, mucho trabajo, trabajo real, de picar piedra interna. Luego ha habido situaciones en la vida que me han ayudado a picar esa piedra. Igual en algún momento la vida me lo debió poner fácil, pero yo no lo supe ver. Creo que la vida educa por sí misma, y que tiene mano dura la cabrita. Pero cuando apruebas, mola. Entiendes cosas y el sufrimiento no es en vano. Aprendes a ser más consciente, más feliz.

A.V.: O sea, que se aprende más con dolor.

Ana Milán: Desgraciadamente hay que reconocerlo. Me gustaría decir todo lo contrario, pero la verdadera modificación interna es dolorosa y en soledad. La vida no parte peras con nadie, tienes que hacerlo tú sola. Existen amigos terapeutas, libros, gente sabia que te acompañan, que aparecen, pero la piedra la picas tú, y con una linterna pequeñita. Pero la piedra también significa esculpir, cuidado.

A.V.: ¿Qué ves cuando te miras al espejo?

Ana Milán: (silencio) Una mujer serena, que no ha sido derrotada, con mucha suerte. Tengo mucha suerte en la vida y creo que en un estado más puro cada vez. Veo una mujer que cada vez tiene menos ganas de mentir, sobre todo a sí misma. Yo he sido muy propensa al autoengaño, una auténtica maestra, pero me queda poco tiempo como para mentir. Cuando te gusta el humor negro, la verdad es una buena aliada.

A.V.: Y hablando de trabajo, eres una mujer superpolifacética: escribes, dirigirías perfectamente, haces televisión, cine, teatro, collages, ¿todo es forma parte de un todo?

Ana Milán: Pues sí, porque ni siquiera las puedo diferenciar. Quiero decir, escribo, y me viene una idea de un collage y la apunto o hago el collage; y me viene una idea para la tele o una frase para un libro o me siento a escribir teatro y sale solo. Es como una necesidad. La mayoría de las cosas las hago por el placer de hacerlas, crear es muy placentero y además no sé qué sería de mí si no pudiera crear. La creación es lo más curativo: deja espacios dentro para que entren cosas nuevas. No sé qué hubiera sido de mi vida sin crear.

A.V.: ¿Cómo es eso de que te ofrezcan hacer una serie con tu nombre y contando tus cosas?

Ana Milán: Pues una locura, pero maravilloso. Me preguntaban si no tenía miedo a la exposición… Alberto, tú me conoces. A mí me preguntas cómo estoy y te lo cuento. Yo no tengo miedo. En el fondo nadie puede entrar en ti, en lo que tú no quieras. A todos nos han rechazado, todos nos hemos vuelto a enamorar, todos tenemos amigos que valen una vida entera…

A.V.: ¿Dirías que ha sido terapéutico crear y hacer ‘ByAnaMilán’?

Ana Milán: ¡Uf! Muchísimo. Me he empezado a llevar bien con mi abuela desde que hice la serie (¡lleva muerta 25 años y la he odiado toda la vida!) Y la entendí a través de la serie… imagínate. Hay un punto de homenaje a todas las mujeres de mi familia; mi abuela tuvo 18 hijos, mi bisabuela 21. La abuela con la que me llevaba mal era igual que yo – quizá por eso nos hacíamos de espejo- era divertidísima, avanzadísima para su época. Mi madre, que murió el año pasado, está en la serie también. Hay un momento en el que mi personaje se encuentra con su madre y yo pude cerrar los ojos y decir: “hola mamá”. Y yo le conté a Montse, que hacía de mi madre, que mamá siempre me llamaba nena y ella todo el capítulo me llamaba nena y fue catártico, bello, increíble, y a la vez muy divertido.

La segunda temporada es una barbaridad. En el primer capítulo me quedé bizca y estuve semanas rodando bizca, riéndome de mí misma. Además tengo unos compañeros maravillosos que me hacen la mitad del trabajo.

A.V.: Y revivir ciertas cosas ¿te ha hecho pensar: ¡ay, me equivoqué!?

Ana Milán: No. La vida hay que gastársela, Alberto. En la vida pasas cosas y no podemos pretender que solo sean buenas, porque entonces no valoraríamos nada. En la vida se mete la pata, se gana, se apuesta, te caes, te levantas ¡Es la vida!

A.V.: ¿Te cambiarías de vida?

Ana Milán: He tenido mil oportunidades de llevar una vida supertranquila, sin que nada me faltara, y mil veces he dicho no. Fíjate, en el último capítulo, mi abuela me dice: “No sé qué vas a hacer, porque no soy adivina, pero harás lo que salga de tu corazón, porque es lo que has hecho desde que naciste”. Soy vehemente, impulsiva, pasional, pero la única certeza que tengo es que no quiero dejar de serlo. Nunca sacrificaría mi pasión por seguridad.

A.V.: ¿La televisión es cultura?

Ana Milán: Sí. La televisión es cultura. Depende de lo que elijas en el mando y más ahora. Cuando viajo y quiero ver algo interesante, siempre pongo ‘la 2’ y nunca me he encontrado un programa de “m”. El inculto, a lo mejor, es tu dedo índice.

A.V.: ¿Echas de menos el escenario?

Ana Milán: No.

A.V.: ¿No?

Ana Milán: Para nada.

A.V.: ¿Eres más alma de plató?

Ana Milán: A ver, no es que sea más alma de plató, que también. Yo estuve 4 años haciendo ‘5 mujeres.com’, luego dos y medio haciendo “Wilt”, luego tres haciendo ‘El diario de Adán y Eva’. Es una experiencia que no recomiendo a nadie… pasarte años haciendo lo mismo, hace que te vuelvas loca, pese a amar profundamente todas las que hice. Recuerdo el día que Jesús Cimarro me dijo: “tenemos un año más de gira” y rompí a llorar, porque ya ni entendía que decía.

A.V.: Te entiendo perfectamente, yo estuve casi 4 haciendo ‘Mamma Mia’.

Ana Milán: ¿Lo ves? Ya no sabes ni qué decir, ni qué viene ahora…

A.V.: ¿Qué harías para mejorar la cultura o la industria, si es que la tenemos en este país?

Ana Milán: Hay dos cosas vitales: educar en cultura y no solo la memoria. Obligamos a los niños a memorizar cosas que no recuerdan al mes siguiente en lugar de a querer amar el conocimiento y apasionarse con conocer. No les hemos enseñado que la cultura puede ser divertida. Si ves las ruinas de Grecia te diviertes un poco. Si las ves conociendo su historia sales fascinado. Si vas a Nueva York hablando inglés es mucho más divertido que sin hablarlo. Si ves ‘Las Meninas’ conociendo su historia vas a disfrutar mucho más que mirándolas sin más. La cultura tiene que llenarnos por dentro y tiene que ser divertida. Pero seguimos vendiéndola como algo que tienes que hincar los codos. ¡Qué frase tan terrible! ¿Cómo puede ser que quitemos filosofía en las escuelas? ¿Cómo puede ser que no les digamos que pensar es divertido y que los filósofos están aquí para revolucionar tu cerebro?

Amar lo nuestro, lo que nos representa, eso nos enriquece. España es un país lleno de artistas increíbles, nos sobra talento para exportar. Lo terrible es que tengas que irte porque aquí no se te ama.

A.V.: ¿Tienes algún personaje soñado?

Ana Milán: Sí, pero no sé cómo es, ni quién es. Quizás me sabe a drama, a mujer de cara lavada, la verdad.

A.V.: ¿Y sería en cine o en tele?

Ana Milán: Será donde quiera nacer, sabes que ellos vienen.

A.V.: Y de los que has hecho, ¿hay un personaje que dijiste: qué bien que lo hice, qué bien que pude hacerlo, esto no me lo quita nadie?

Ana Milán: No es un personaje, pero sí es un momento. En una función de ‘El diario de Adán y Eva’ donde Eva está explicando que la luna se perdió la noche anterior, al que pude hacer una Polaroid, vivir un silencio estremecedor, digno de un templo. Oí algún llanto y yo entré en comunión con el público y me emocioné profundamente. Amo a Eva y amo a todos los personajes que he hecho, pero ese momento lo tengo encapsulado como uno de belleza absoluta.

A.V.: Y ya para terminar, querida amiga, ¿Sabes que eres un auténtico ídolo para la juventud? ¿Cómo te lo explicas?

Ana Milán: (muriéndose de la risa) No lo entiendo, no lo entiendo, no te lo sé explicar.

A.V.: Pero ídolo de decir: “muero por esa mujer ” ¿Qué piensas que pueden ver en ti como para ocasionarles ese sentimiento?

Ana Milán: Pues dímelo tú, porque yo no consigo verme desde fuera. Yo creo que tiene que ver con que ellos a mí me gustan, y mucho, y los escucho de verdad, y me meo de risa de verdad. Empatizo absolutamente con esa generación, y no quiero dejar de empatizar nunca con la gente joven, ni escucharme decir a mí misma: “ay, eso yo no lo entiendo” No, no. Tú te sientas ahí me lo explicas. También creo que hay algo de libertad, que la llevo en la cara. Cuanto más mayores somos, más filtros tenemos para explicar cualquier cosa. Hay jóvenes que se acercan para decirme: “Cuando no puedo dormir me pongo tus directos, y me calmas”. ¡No te imaginas el regalo que es eso!

Y tras un largo y apretado abrazo nos perdemos por las calles de Madrid esperando con ansia el siguiente …

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Actor, cantante y ocasionalmente escritor. He desarrollado una amplísima carrera en la televisión, el cine, y sobre todo en el teatro musical participando en producciones como ‘Mamma Mía’,  ‘Antoine’, ‘Amar en tiempos revueltos’ o ‘Cuéntame cómo pasó’. Actualmente actuando en el musical ‘El Médico’.

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