Julia Navarro presenta ‘De ninguna parte’

roxana-esteve

Descubrí a mi admirada Julia Navarro en el verano de 2004, con su novela ‘La Hermandad de la Sábana Santa’. Mi familia bajaba a disfrutar de la playa, pero yo prefería quedarme en la terraza frente al mar, abrir las hojas de su libro y dejar que sus palabras me llevaran a otra época, aprender, viajar con ella a otros países que me hicieron soñar… Al acabar el libro pensé, “Julia Navarro, ¡qué interesante mujer!” Busqué más cosas de ella, pero sus libros eran de política y ‘La hermandad de la Sábana Santa’ era su primera novela. Supe con claridad que era cuestión de paciencia que llegaran a mis manos más libros de esta maga de la escritura. En 2005 llegó ‘La Biblia de barro’, después le siguió ‘La sangre de los inocentes’, y en 2010, al terminar la lectura de ‘Dime quién soy’, pensé: “¡Algún día la conoceré!”

Bajé a la feria del libro de 2021 para conocerla y, entre mascarillas, distancia de seguridad y una cola tremenda de admiradores, pude gritarle ¡Julia, por favor, un saludo para Bekultura! Ella, con su voz dulce preguntó, ¿Agricultura? Sonrió con sus ojos y la fotógrafa Consuelo Peiró captó aquel instante para Bekultura.

Pero el día que yo anhelaba llegó el 4 de abril, en el salón de actos del Museo de Arte en Vidrio de Alcorcón-MAVA, donde Julia Navarro presentó su último libro: ‘De ninguna parte’, publicado en agosto de 2021.

¡Gracias a la periodista Mercedes Sáez (técnico en animación sociocultural y responsable de información de la concejalía de Alcorcón) por presentarme a Julia!

Sinopsis de ‘De ninguna parte’

Abir Nasr es un adolescente que presencia, impotente, el asesinato de su familia durante una misión del ejército israelí en el sur de Líbano. Ante los cadáveres de su madre y hermana pequeña, jura que perseguirá a los asesinos durante el resto de su vida.

Presentación del libro:

En la imagen, Mercedes Sáez y Julia Navarro

Mercedes Sáez fue una fantástica maestra de ceremonias para esta presentación de ‘De ninguna parte’. Y Julia Navarro demostró ser una maravillosa mujer, muy humana, inteligente, sencilla y cercana. A continuación, transcribo parte de esa presentación, donde Bekultura también puso su granito de arena.

Mercedes Sáez: ¿Cómo te organizas para escribir?

Julia Navarro: Cuando estoy de viaje no puedo escribir, antes hacia el esfuerzo de llevarme una tablet y me ponía al llegar por las noches a los hoteles, ahora ya no lo hago, porque no puedo con mi alma… ¡La edad! Hay un momento en el que dices, “No doy abasto”, he cogido el avión por la mañana, he llegado a un sitio, he hecho siete entrevistas, he tenido una charla… Llego al hotel a las 10 de la noche, y la
energía no me da. Pero tengo que escribir todos los días, ya sea mucho o poco, pero todos los días, si estoy en Madrid, escribo muchas horas. Me levanto por las mañanas y me marco un horario de trabajo; 8 horas escribiendo, buscando documentación, pensando, corrigiendo… ¡Estoy ocho horas trabajando, porque es un trabajo!

Mercedes Sáez: ¿Por qué escribes ‘De ninguna parte’?

Julia Navarro: A través de una novela de acción hay elementos para la reflexión de esa sociedad del siglo XXI…

Mercedes Sáez: Una de las cosas que vemos es el enfrentamiento entre Oriente y Occidente. La migración es evidente en los últimos tiempos, es una cuestión inherente al ser humano.

Julia Navarro: Claro, la historia de la humanidad es una historia de migraciones. Cuando el hombre ha estado en un lugar en el que ya no podía seguir viviendo por el motivo que fuera, emprendía el camino a otro sitio donde pudiera vivir. Las migraciones parece que son un fenómeno actual pero no, están en la historia de la humanidad; el hombre se ha ido moviendo de un lugar a otro para encontrar un sitio en el que poder vivir. En muchos casos ha estado provocado por la violencia, por la guerra… Yo entiendo que haya habido tantos miles de personas que hayan intentado llegar a Occidente en busca de una vida mejor, más tranquila.

El hombre, en la historia, ha necesitado buscar respuestas y la religión deriva de esas preguntas que luego cada uno resuelve como puede…

Occidente fue muy importante cuando separó iglesia de estado y eso fue un avance de civilización, pero hay muchísimos países que no han tenido esa revolución. La religión sigue siendo la que marca las pautas de la vida de muchos ciudadanos. Esa separación de Occidente fue una bendición.

Mercedes Sáez: Sin lugar a dudas, nos ha hecho progresar y avanzar a las mujeres…

Julia Navarro: La historia la han escrito hasta el siglo XX los hombres, y las mujeres éramos simplemente una nota a pie de página, pero sin nosotras no hay historia. No somos una minoría, somos la mitad de la población y también hemos estado ahí, haciendo historia. Por eso yo a la hora de escribir escribo de hombres y de mujeres, no se puede ignorar a la mitad de la población, que somos nosotras.

Mercedes Sáez: ¡Está claro! Sobre todo, las mujeres de esta novela, que luchan por salir de los roles que
se les impone…

Julia Navarro: A mí me preocupa mucho el enfrentamiento entre Occidente y Oriente, y lo que hacemos es que no lo miramos de frente y, si no miramos, no existe. En las últimas décadas ha habido un enfrentamiento más evidente. Occidente se ha visto azotado por el terrorismo islámico (Madrid, París, Londres, Berlín) ¿Por qué sucede todo esto? Hay que mirar a la cara al problema, intentar entender por qué esa ira para encontrar una respuesta, para que nos permita tener una convivencia mejor. Esta novela va también de esto, las mujeres musulmanas tienen unos códigos y costumbres diferentes a nosotros y yo digo, póngase en su piel y piense que es usted quien se ha trasladado a otro país, con otros códigos, otras costumbres…, y ahora, ¡Intégrese! No es tan fácil, hay que entender que los procesos de integración son complicados y no solo hay que pensar qué hace el gobierno, también tenemos que pensar qué hacemos nosotros, porque sus hijos van también a los colegios de nuestros hijos y nos los vamos a encontrar en los autobuses etc. Tenemos que ver qué hacemos nosotros para solucionarlo.

Yo creo tanto en la responsabilidad individual que entiendo que somos personas adultas y, por tanto, tenemos que ser capaces de tener un criterio y, si nos dejamos convencer, es porque ya estábamos convencidos.

Nosotros también somos diferentes para los que vienen, por eso hay que entenderse en el espacio público, que es el lugar donde todos tenemos que vivir. En una democracia, todos nosotros hemos decidido cuáles son las reglas y son las que nos obligan y protegen.

Yo tengo una visión global de la vida poco apegada a lo que me rodea. Entiendo que todo está interrelacionado, que todo lo que sucede nos afecta, ya sea aquí o en la otra parte del mundo, por eso, en mis novelas siempre hay una mirada hacia afuera.

‘De ninguna parte’ plantea ese desencuentro entre Occidente y Oriente y el desarraigo de las personas que vienen a vivir y que tienen otra cultura, otras costumbres, otros códigos de valores y, de repente, se encuentra en una sociedad donde todo les resulta extraño. Cambiar todos los chips que uno tiene en la cabeza no es fácil y, por tanto, lo tienen complicado. Ésta es la historia de dos chicos inmigrantes en París que se sienten de ninguna parte, sienten que no son de ese lugar, no se sienten cómodos. Estos días, precisamente, se está celebrando el juicio de la sala Bataclan de París, es curioso cómo todos ellos han nacido o se han educado en París o en Bruselas; pero han sido educados con otros valores, la educación que reciben es la de sus padres y es diferente, ése es el problema, ¿Qué podemos hacer para que se sienten cómodos con nosotros?

No van a tener los recursos para ser ciudadanos críticos y, por lo tanto, van a ser absolutamente manipulables. Más práctico que el pensar no hay nada, pero para algunos es más fácil que no se piense y que no tengas esas herramientas que te da la filosofía para entender el mundo, para hacerte preguntas, y principalmente, para saber quién eres. Yo soy una gran defensora del estudio de la historia de las religiones, ¡ojo! no del catecismo, de la historia. Porque algún día los niños irán al Museo del Prado y no sabrán lo que están viendo. Si no tienen conocimiento del mundo antiguo, de lo que significan los mitos, verán unas señoras que parece que están retozando y no sabrán lo que están haciendo.

Se estudiaba historia de las religiones porque Josefina Aldecoa entendía que no se podía ser una persona culta sin ese estudio. Porque la religión ha sido una parte importante en la historia del ser humano desde el inicio de los tiempos, y eso no se puede ignorar. Y no tiene nada que ver con tu decisión personal de lo que quieres creer. Pero es curioso, los hijos de la gente con un gran poder adquisitivo irán siempre a escuelas de élite donde aprenderán filosofía, latín, griego, arte…, y aprenderán historia de las religiones, así que seguirán dominando el mundo y nosotros estaremos en el otro lado. Yo defiendo que hay que volver a estudiar latín y griego. A mí no me gustaba nada, todos nos hemos peleado con Julio Cesar traduciendo la guerra de las Galias, pero entiendo que eso te ayuda a formar un esquema y una mentalidad que te ayuda a entender.

Roxana (Bekultura): ¿Cuál fue el germen para escribir ‘De ninguna parte’?

Julia Navarro: La preocupación del desencuentro entre Oriente y Occidente, que se ha utilizado muchísimo en las últimas décadas. A partir de la invasión de Irak, que a veces se nos olvida que todo tiene unos antecedentes. No es que las cosas fueran bien antes, había atentados terroristas de raíz islámica, pero qué duda cabe que a partir de ese momento, EEUU da una patada y organiza muchas de las cosas que han pasado a posteriori. Esa invasión de Irak fue para consumo interno, porque necesitaban buscar una respuesta al brutal atentado que habían sufrido las Torres Gemelas. A partir de ese momento, su objetivo es Sadam Husein y se mueve todo el tablero de Oriente cometiendo, además, un gravísimo error, porque llegan a Irak, desencadenan la guerra y de un día para otro disuelven todo, los ministerios, la policía… no se puede desmontar todo un estado.

Ahora muchos de los que formaban las fuerzas armadas de la seguridad han acabado siendo los jefes de los grupos islamistas y, a partir de ahí, se agudizó ese desencuentro y esa ira contra Occidente. Luego lo fácil que es manipular el descontento de la gente; a un chico que está en París y que no se encuentra bien integrado en esa sociedad, que alguien le lave el cerebro es muy fácil y, a veces, se nos olvida que el silencio también hace las cosas mal y muchas de las cosas que han pasado en estos años son consecuencias de aquella decisión y de aquel engaño de la búsqueda de las armas de destrucción masiva. Yo cada vez que leía en los periódicos que los inspectores de las Naciones Unidas iban a Irak y no las encontraban pensaba ¡porque no había! Entonces, ¿Qué están ustedes buscando? Aquello fue como dar una patada a un avispero.

Roxana (Bekultura): ¿Cómo nace tu vocación de escritora?

Julia Navarro: Llevo escribiendo toda la vida. Como periodista desde hace 40 años, escribir no es algo nuevo para mí. La primera novela, ‘La hermandad de la Sabana Santa’, la escribí un poco por casualidad. Empecé en verano, tenía tiempo y no sabía ni siquiera si alguien me la iba a publicar. Primera sorpresa, ¡me la publicaron!

Segunda sorpresa, a los quince días me llaman de la editorial y me dicen que han vendido toda la edición y que están poniendo en marcha otra. Además, la llevaron a la feria de Frankfurt y la compraron en 30 países. Realmente llevo toda la vida escribiendo.

¿Por qué me dedico a escribir? Al terminar bachillerato, mi profesora de literatura, que era la tutora de mi clase, nos llamó uno a uno para preguntarnos a todos qué íbamos a hacer. Yo había hecho el bachillerato de letras, sin embargo, le dije que iba a hacer física. Su carcajada fue espectacular… y me dijo, “Me parece bien, si tú tienes el sueño de ser física, estudia física, pero a ti lo que realmente se te da bien es escribir”. Y la verdad es que aquello me hizo ver algo de mí misma de lo que yo ni siquiera era consciente y que ya tenía muy claro.

Roxana (Bekultura): ¡Gracias Julia!

Julia Navarro: ¡De nada!

‘De ninguna parte’ ¡Atraviesa barreras y ponte en la piel de los migrantes a través de la mirada de
Julia Navarro!

Voltaire afirmó, “La escritura es la pintura de la voz” y, para mí, nuestra Julia Navarro es un Velázquez.

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roxana-esteve
Cantante lírica, actriz, dramaturga y RRPP de teatro. Debuté a los 14 años en Zarzuela, siendo la tiple cómica más joven de España, realizando mi carrera lírica con las principales compañías del país. Pasé al teatro clásico, perteneciendo durante quince años a la Cía. Titular del Teatro Español a las órdenes de Gustavo Pérez Puig y Mara Recatero. Comencé en el mundo de la dramaturgia con las obras “Aventuras en el jurásico”, “Los alumnos de Merlín” y “Vecinas”, Actualmente acabo de terminar mi primera novela “Dos mujeres sí pueden ser amigas”.

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